viernes, 2 de agosto de 2024

Trombocitemia esencial y policitemia vera

 Autor/a: Tefferi A, Barbui T Essential Thrombocythemia and Polycythemia Vera: Focus on Clinical Practice

Introducción

La trombocitemia esencial (TE) y la policitemia vera (PV) son neoplasias mieloproliferativas (NMP) caracterizadas por trombocitosis y eritrocitosis clonales, respectivamente. La mediana de edad al diagnóstico es de 71 años para ambas. La preponderancia es femenina para la TE y masculina para la PV.

Los pacientes con TE o PV también pueden tener leucocitosis, esplenomegalia y síntomas microvasculares, entre ellos cefaleas, trastornos visuales (ej, visión borrosa), mareos, palpitaciones, dolor torácico atípico, parestesias, eritromelalgia (eritema, calor y dolor en las extremidades distales), prurito (en general después de bañarse) y otros síntomas constitucionales, como cansancio.

La evolución clínica de ambas enfermedades se puede interrumpir por complicaciones trombohemorrágicas y transformación de la enfermedad en mielofibrosis (MF) o leucemia mieloide aguda (LMA). La expectativa de vida en pacientes con TE es inferior a la de controles emparejados para edad y sexo, con una mediana de supervivencia estimada en 20 años para la TE y 14 años para la PV; en pacientes más jóvenes, las medianas de supervivencia fueron 33 y 24 años. Las tasas de transformación leucémica o fibrótica a 20 años se estiman en el 10% - 20% para la PV y el 5% - 10% para la TE.

Los pacientes con PV o TE se caracterizan por la presencia de mutaciones somáticas específicas para NMP, como Janus cinasa 2 (JAK2), la calreticulina (CALR), y el oncogen del virus de la leucemia mieloproliferativa (LMP). Se cree que estas tres mutaciones son patogenéticamente esenciales y a menudo se producen de manera mutuamente exclusiva. La PV casi siempre se asocia con una mutación de JAK2. (98% JAK2 V617F).

En la TE, las frecuencias de mutaciones en JAK2V617F y CALR  son de aproximadamente el 60% y el 22%, respectivamente. Se están estudiando la incidencia y la importancia de otras mutaciones no específicas que podrían coexistir con las ya mencionadas específicas para NMP.

Asimismo, se hallaron mutaciones en JAK2 en otras neoplasias mieloides malignas, aunque con mucha menor frecuencia; siendo una excepción la enfermedad de superposición SMD/NMP, llamada anemia refractaria con sideroblastos en anillo asociados con importante trombocitosis (RARS-T), en la que la frecuencia de mutaciones es de hasta el 50%.En general, los pacientes con mutaciones en JAK2 con TE son de más edad que los que tienen mutaciones en CALR y tienen valores más altos de hemoglobina y leucocitos y valores menores de plaquetas, así como mayor riesgo de trombosis.

Diagnóstico

Además de la TE y la PV, la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye otra seis entidades dentro de las NPM y emplea las características morfológicas de la médula ósea (MO) (ahora reemplazadas por los estudios genéticos) para distinguir las NMP del SMD y las enfermedades de superposición SMD/NMP.

Un proceso similar de diagnóstico morfológico complementado por el análisis de la mutación se aplicó para formular los criterios diagnósticos basados sobre la OMS para la TE y la PV, que están siendo revisados según una propuesta reciente. Sin embargo, en la práctica clínica habitual es deseable un enfoque más práctico, que se verá a continuación.

Policitemia Vera La policitemia vera se sospecha cuando se comprueba el aumento de los valores del hematocrito o la hemoglobina. Este aumento puede ser real (asociado con aumento de la masa de eritrocitos) o aparente (no asociado con aumento de la masa de eritrocitos). Otros motivos para sospechar  PV son el prurito causado por el agua y la trombosis de una gran vena abdominal (por ejemplo, la vena hepática o la vena porta). Además de la PV, el diagnóstico diferencial del aumento de la hemoglobina/hematocrito incluye la eritrocitosis congénita y adquirida.

El primer paso en la evaluación de estos pacientes es la pesquisa de mutación de JAK2V617F; este primer paso diagnóstico identifica alrededor del 95% de los pacientes con PV. También se recomienda medir la eritropoyetina (Epo) porque los valores subnormales confirman el diagnóstico si está presente la mutación en JAK2V617F, pero también sugieren PV con JAK2V617F no mutado en ausencia de la mutación.

Este último caso justifica la pesquisa de otras mutaciones en JAK2 cuya presencia avala el diagnóstico de PV y en su ausencia es necesario el examen de MO para descartar una PV sin mutación de JAK2, que podría ser el caso en el 1% de los pacientes.

El examen de la médula ósea es especialmente útil para distinguir la TE con mutación en JAK2 de la PV “enmascarada”. En este caso el paciente tendrá características morfológicas medulares coincidentes con PV (es decir hiperplasia de las tres líneas celulares con desviación a la izquierda e hiperplasia megacariocítica y pleomórfica con características atípicas), pero no tiene el valor umbral de hemoglobina exigido por los criterios de 2008 de la OMS (>18,5 g/dl en hombres y >16,5 g/dl en mujeres).

Esa situación es uno de los fundamentos de la propuesta de una nueva revisión de los criterios diagnósticos de la OMS para PV, en la que se agregaron las características morfológicas de la MO como un criterio diagnóstico principal y se bajó el umbral de hemoglobina a 16,5 g/dl para os hombres y 16 g/dl para las mujeres.

La ausencia de mutación en JAK2 junto con un nivel plasmático normal o aumentado de Epo hacen que el diagnóstico de PV sea improbable y justifica investigar la eritrocitosis congénita o adquirida. Se recomienda la revisión de los registros anteriores de hemogramas completos para determinar si el aumento de los valores de hemoglobina/hematocrito es nuevo o crónico. Este último sugiere eritrocitosis congénita y el primero trastornos adquiridos que suelen producir hipoxia central o periférica.

El diagnóstico diferencial de eritrocitosis adquirida que no es PV incluye procesos causados por hipoxia y procesos independientes de la hipoxia. Entre los primeros se encuentran el hábitat a grandes alturas, la enfermedad pulmonar hipóxica, los shunts cardiopulmonares de derecha a izquierda, el tabaquismo intenso, la intoxicación por monóxido de carbono, la apnea del sueño y la estenosis de la arteria renal.

Las causas de eritrocitosis adquirida independiente de la hipoxia son algunos fármacos (por ejemplo estimulantes de la eritropoyesis, preparados con testosterona), tumores productores de Epo (carcinoma de células renales, carcinoma hepatocelular, hemangioblastoma cerebeloso, meningioma, feocromocitoma, leiomioma uterino, adenoma paratiroideo), quistes renales y trasplante renal. 


Trombocitemia esencial
La trombocitosis es frecuente y en la mayoría de los casos representa un proceso reactivo.

Las causas de la trombocitosis reactiva (TR) son las infecciones, el daño tisular, las neoplasias malignas, la inflamación crónica, la hemólisis, ciertos fármacos, la anemia ferropénica y la esplenectomía.

La trombocitosis no reactiva adquirida a menudo indica un trastorno mielode maligno, entre ellos la TE. La trombocitosis congénita es muy rara.

Debido a que la TR es la causa más frecuente de trombocitosis hallada en la práctica médica, es importante usar el juicio clínico antes de comenzar con el análisis de mutaciones como primer paso de la evaluación. Los marcadores clonales empleados para una trombocitosis inexplicada y persistente son JAK2V617F (presente en alrededor del 60% de los pacientes con TE, mielofibrosis primaria [MFP] , o RARS-T y el 95% de los pacientes con PV), las mutaciones en CALR (presentes en el 20%-25% de pacientes con TE o MFP), mutaciones en LMP (en el 3%-7% de los pacientes con TE o MFP), BCR-ABL1 (en el 100% de los pacientes con leucemia mieloide crónica) y mutaciones en SF3B1 (en aproximadamente el 80% de los pacientes con RARS-T). Se recomienda comenzar con la pesquisa de JAK2V617F y BCR-ABL1. i los resultados son negativos, seguir con CALR y, si éste es negativo efectuar la pesquisa de LMP.

Se recomienda también el examen de la MO para evaluar la trombocitosis inexplicada, ya que la ausencia de mutaciones no descarta la posibilidad de TE (el 15% de los pacientes pueden ser de tipo salvaje para JAK2, CALR, o LMP- llamados casos triple negativos), y la presencia de JAK2, CALR o LMP no puede de por sí distinguir entre TE y MFP.

La médula ósea en pacientes con TE o NMP relacionada, a menudo muestra hipercelularidad y formación de agrupación de megacariocitos, ambos ausentes en la TR. Asimismo, la proliferación megacariocítica en la TE se asocia con características morfológicas grandes y maduras con formación de conglomerados sueltos, mientras que en la MFP se asocia con índice núcleocitoplasmático aberrante y núcleos hipercromáticos y plegados irregularmente, agrupamiento denso, proliferación granulocítica y disminución de la eritropoyesis. Además, la reticulina o la fibrosis del colágeno podrían no ser fácilmente aparentes en la MFP prefibrótica.

Pronóstico

Supervivencia
Un estudio reciente de la Mayo Clinic y de Italia con 1581 pacientes incluyó 826 pacientes de la Mayo Clinic, 292 con TE y 267 con PV. Al 58% de estos dos últimos grupos se les efectuó seguimiento hasta su muerte. La mediana de supervivencia fue significativamente mayor en la TE que en la PV (19,8 años y 13,5 años, respectivamente). La mediana de supervivencia para pacientes menores de 60 años fue de 32,7 años para la TE y 23,8 años para la PV. La expectativa de vida para los pacientes con TE fue inferior a la de la población de los EEUU emparejada para edad y sexo (P<=0,001). La ventaja de supervivencia de la TE sobre la PV no fue afectada por la edad, el sexo o las mutaciones (es decir, JAK2 vs CALR vs LMP mutados vs triple-negativo).

Transformación leucémica, fibrótica y policitémica
En la cohorte de la Mayo Clinic del estudio mencionado, se informó la transformación leucémica en 18 de los 267 pacientes con PV (6,7%) y en 12 de los 292 pacientes con TE (4,1%) y la transformación fibrótica en 34 pacientes con PV (12,7%) y en 29 pacientes con TE (9,9%).

En la cohorte italiana de 594 pacientes (310 con PV y 284 con TE), se informaron 91 transformaciones fibróticas, incluidos 65 en pacientes con PV (21,0%) y 26 en pacientes con TE (9,2%) (P<0,01). La conversión de TE a PV fue infrecuente tanto en la cohorte de la Mayo Clinic (3%) como en la italiana (2,1%).

Factores de riesgo para la supervivencia, la transformación leucémica, y la progresión fibrótica
Los factores de riesgo son similares para la TE y la PV: edad avanzada, leucocitosis y antecedentes de trombosis.

Además un cariotipo anormal se asoció con peor supervivencia en la PV, independientemente de los factores de riesgo antes mencionados. En un estudio de PV, la edad >70 años, el recuento de leucocitos <13X 109/l y la ausencia de trombosis se asociaron con supervivencia relativa a 10 años del 84% vs el 59% en presencia de 1 y del 26% en presencia de 2 o más de estos factores de riesgo.

En la TE, la edad < 60 años, los valores normales de hemoglobina y el recuento de leucocitos <15 X 109/l se asociaron con una mediana de supervivencia de más de 20 años vs 9 años en presencia de 2 o más de estos factores de riesgo. Los factores de riesgo para la transformación leucémica de la PV son la ancianidad, la leucocitosis y el cariotipo anormal. Los factores de riesgo para la transformación fibrótica son una carga de alelo JAK2V617F mayor del 50%.

En una población de estudio de pacientes con TE y MFP prefibrótico, la supervivencia fue significativamente menor en presencia de características morfológicas de MFP prefibrótico; edad avanzada; antecedentes de trombosis; leucocitosis y anemia. La supervivencia sin leucemia también fue afectada adversamente por las características morfológicas de la MFP prefibrótica y los antecedentes de trombosis, pero también por la trombocitosis extrema. Asimismo, las características morfológicas de la MFP prefibrótica, la ancianidad, la anemia y la ausencia de mutación de JAK2 se asociaron con aumento del riesgo de progresión fibrótica.

Factores de riesgo de trombosis
Estudios recientes señalaron la diferencia en la frecuencia y el perfil de factor de riesgo de la trombosis arterial vs la trombosis venosa en la PV y la TE. Es bien sabido que el principal factor de riesgo de trombosis arterial y venosa es el antecedente de estos episodios.

Otros factores de riesgo para la trombosis arterial en la PV son el antecedente de hipertensión y para la trombosis venosa, la edad avanzada. Otros factores de riesgo para la trombosis arterial en la TE son edad<60 años, presencia de factores de riesgo cardiovascular (CV), leucocitosis y JAK2V617F y para la trombosis venosa, el sexo masculino. Es importante observar que es la ausencia de mutación de JAK2V617F y no necesariamente la presencia de mutación CALR o de estado mutacional triple negativo lo que se asocia con menor riesgo de trombosis en relación con los casos de mutación de JAK2.


 

Tratamiento

El tratamiento farmacológico actual para la PV o la TE no es curativo y no prolonga la supervivencia ni previene la transformación de la enfermedad en LMA o MF pos PV o pos TE. Se debe informar sobre esto a los pacientes. Es necesario que comprendan que el objetivo del tratamiento farmacológico es prevenir la trombosis en los pacientes de alto riesgo o aliviar los síntomas, si los hay.

Por otra parte, la mediana de supervivencia en la PV antes de la era de la flebotomía era de menos de 2 años, y la cifra actual de aproximadamente 14 años es una mejoría evidente. En la actualidad la flebotomía se considera el pilar del tratamiento de la PV y su valor se confirma en un estudio aleatorizado reciente en el que el objetivo de un hematocrito de 45% fue superior al del 45% - 50% para prevenir la trombosis recurrente.

El tratamiento farmacológico con antiplaquetarios (por ejemplo aspirina) o agentes citorreductores (por ejemplo hidroxiurea) se emplea en la PV o la TE para la profilaxis de la trombosis y el alivio sintomático. Estudios controlados hallaron reducción significativa del riesgo de trombosis con aspirina una vez al día en dosis bajas en la PV, tratamiento citorreductor con clorambucil o radiofósforo en la PV, tratamiento con hidroxurea en la TE de alto riesgo.

Sin embargo el empleo de clorambucil y radiofósforo causó menor supervivencia debido a la mayor generación de leucemia con estos fármacos. Otros mielosupresores, como el pipobroman y el anagrelide, también causaron complicaciones graves, como leucemia y mielofibrosis, respectivamente. El único fármaco con suficiente evidencia de eficacia y seguridad es la hidroxiurea, que es de primera elección en la PV o la TE de alto riesgo.

En casos resistentes a la hidroxiurea, datos de estudios no controlados apoyan el empleo de interferón alfa o busulfán como fármaco de segunda elección. El ruxolitinib (inhibidor de JAK) fue aprobado recientemente para tratar la PV intolerante o resistente a la hidroxiurea, pero genera inmunosupresión y aumenta el riesgo de infecciones oportunistas en pacientes con MF. Por lo tanto, habitualmente sólo se emplea el ruxolitinib para la PV en casos de esplenomegalia sintomática resistente a hidroxiurea, interferón alfa o busulfan o en casos de prurito intratable.

El “alto riesgo de trombosis” es la principal indicación de tratamiento citorreductor tanto en la PV como en la TE. Es importante por lo tanto precisar con exactitud la enfermedad de alto riesgo y limitar la quimioterapia a esos pacientes. Los antecedentes de trombosis y la edad avanzada (≥60 años) se identificaron como los factores de riesgo más importantes de trombosis, tanto en la PV como en la TE y su ausencia o presencia se emplean para estratificar a los pacientes en categorías de bajo riesgo y de alto riesgo, respectivamente. Estudios más recientes confirmaron el valor pronóstico independiente de los antecedentes de trombosis y la edad de 60 años o más para pronosticar los episodios trombóticos, así como la trombosis arterial y venosa consideradas por separado.

Además de los antecedentes de trombosis y la edad avanzada, estudios recientes también revelaron el valor pronóstico de las mutaciones en JAK2 y los factores de riesgo CV de trombosis arterial. El estado mutacional es especialmente importante en la TE, donde la presencia de JAK2V617F se asoció con mayor riesgo de trombosis que las mutaciones en CALR o el estado mutacional triple negativo. La asociación independiente entre JAK2V617F o factores de riesgo CV y trombosis también se destacó en otro gran estudio multicéntrico.

Los autores repasaron la estratificación de riesgo actual en TE y PV a la luz de esta asociación.(Figura) Los pacientes antes considerados de bajo riesgo (<60 años y sin antecedentes de trombosis) ahora se pueden subclasificar como “de muy bajo riesgo” y “de bajo riesgo” según la ausencia o la presencia de JAK2V617F o de factores de riesgo CV, respectivamente.(Figura).

El algoritmo terapéutico presentado en este artículo tiene en cuenta estas nuevas subclasificaciones y proporciona recomendaciones para reducir al mínimo los episodios trombóticos recurrentes y la administración innecesaria de medicamentos (Figura).

FIGURAAlgoritmo de tratamiento de la policitemia vera y la trombocitemia esencial. La aspirina se emplea en ausencia de contraindicaciones, incluido el síndrome de von Willebrand adquirido. Se recomienda la determinación de la actividad del cofactor de ristocetina en pacientes con más de 1 millón de plaquetas por microlitro y no indicar aspirina si el nivel de actividad es inferior al 20%. FRCV: factores de riesgo CV

En pacientes con trombosis venosa se recomienda la anticoagulación sistémica además del tratamiento citorreductor y su duración depende si la MP subyacente estaba bien controlada cuando se produjo el episodio trombótico. Si la enfermedad estaba bien controlada, se recomienda la anticoagulación sistémica por tiempo indefinido.

Si, por el contrario, la tromobosis se produjo en un paciente cuya enfermedad no estaba tratada de manera óptima y su hematocrito era superior al 45% o su recuento de plaquetas mayor de 450 X 109/l, es razonable indicar la anticoagulación sistémica por 6 meses, siempre que se hayan instituido otras medidas terapéuticas para controlar la enfermedad adecuadamente.

Discusión

Actualmente la pesquisa de mutaciones es parte integral del proceso diagnóstico de la PV y la TE. En ciertos casos, la detección de una mutación relativamente específica con un cuadro clínico evidente puede tornar innecesario el examen de la MO.

Asimismo, éste podría no ser esencial en pacientes ancianos para distinguir con exactitud la TE definida por la OMS de la mielofibrosis prefibrótica, ya que no afectaría demasiado el tratamiento específico. En todos los demás casos se recomienda el examen de MO para el diagnóstico exacto, el pronóstico y el tratamiento apropiados de la enfermedad.

El nuevo algoritmo (Figura) se basa sobre el hecho que el tratamiento actual para prevenir la trombosis es insatisfactorio así como sobre la nueva información acerca de la influencia significativa del estado mutacional y de los factores de riesgo CV sobre el riesgo de trombosis recurrente.

Los autores consideran que la flebotomía y el tratamiento con aspirina son las dos modalidades terapéuticas más importantes. Se basan en los resultados de estudios controlados y no controlados. Además, observaciones clínicas preliminares y estudios de laboratorio controlados revelaron el valor del tratamiento con aspirina dos veces al día en lugar de una vez y el posible valor de la aspirina para prevenir la trombosis venosa recidivante.

La flebotomía se indica en todos los pacientes con PV en quienes se desea que el hematocrito sea de 45%.

Con respecto al tratamiento farmacológico, quizás los pacientes “de muy bajo riesgo” con TE no necesiten ningún tratamiento, ni siquiera aspirina. En cambio, los pacientes “de bajo riesgo” con TE o PV necesitan aspirina (dosis de 81 mg), ya sea una o 2 veces al día, según la presencia respectiva de 1 o 2 o más de los factores mencionados recientemente para la trombosis arterial (JAK2V617F, factores de riesgo CV y edad >60 años).

En la enfermedad de alto riesgo, se emplea universalmente tratamiento citorreductor en pacientes con antecedentes de trombosis venosa o arterial. La hidroxiurea es el fármaco de primera línea y el interferón alfa o el busulfán los de segunda elección.

También se recomienda agregar aspirina una vez al día, con excepción de los pacientes que están recibiendo anticoagulantes sistémicos y no tienen factores de riesgo para trombosis arterial, excepto la edad avanzada. Además, la aspirina dos veces al día podría ser necesaria en pacientes de alto riesgo con antecedentes de trombosis arterial y un factor de riesgo más de trombosis arterial.

Otros aspectos del tratamiento de la PV y la TE son el síndrome de von Willebrand adquirido, que puede acompañar la trombocitosis extrema y así necesitar pesquisa de laboratorio para la actividad del cofactor de ristocetina; se debe evitar la aspirina cuando la actividad es menor del 20%.

El tratamiento para el prurito asociado con la PV comprende antihistamínicos, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, inhibidores de JAK, interferón alfa, y fototerapia ultravioleta B de banda angosta. El tratamiento durante el embarazo incluye aspirina para las pacientes de bajo riesgo e interferón alfa para las de alto riesgo.

Conclusión

A pesar de varios descubrimientos importantes sobre las mutaciones en la TE y la PV, su patogénesis molecular aún no se conoce por completo. Es esencial tener mejor información a fin de crear fármacos que puedan modificar la evolución natural de estas enfermedades. Son necesarios estudios prospectivos para aclarar la importancia del tratamiento con aspirina dos veces al día y si el tratamiento citorreductor es verdaderamente esencial para los pacientes ancianos que no tienen mutación JAK2 ni antecedentes de trombosis. 

Comentario y resumen: Dr. Ricardo Ferreira

Eritrocitosis secundaria

 La eritrocitosis secundaria es aquella que se desarrolla como resultado de trastornos que causan hipoxia tisular, un aumento inapropiado de la producción de eritropoyetina o una mayor sensibilidad a la eritropoyetina.

En la eritrocitosis secundaria, únicamente se incrementan los eritrocitos, mientras que en la policitemia vera, pueden aumentar glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Cualquier elevación de hemoglobina o hematocrito por encima de los valores normales para la edad y el sexo se considera eritrocitosis.

Etiología de la eritrocitosis secundaria

Las causas comunes de eritrocitosis secundaria son

  • Tabaquismo

  • Hipoxemia arterial crónica

  • Tumores (eritrocitosis asociada a tumores)

  • Uso de esteroides androgénicos

  • Uso subrepticio de la eritropoyetina

Las causas menos frecuentes son ciertos trastornos congénitos como

  • Hemoglobinopatías de alta afinidad por el oxígeno

  • Mutaciones del receptor de eritropoyetina

  • Policitemia de Chuvash (en la que una mutación en el gen VHL afecta la vía sensora de hipoxia y aumenta la producción de eritropoyetina).

  • Derivaciones arteriovenosas de derecha a izquierda en los pulmones

  • Mutaciones de prolina hidroxilasa 2 y del factor inducible por hipoxia 2-alfa (HIF-2α)

Puede haber eritrocitosis falsa en caso de hemoconcentración (p. ej., debida a quemaduras, diarrea o diuréticos).

En los pacientes fumadores de cigarrillos, la eritrocitosis reversible se debe principalmente a hipoxia tisular por aumento de la concentración sanguínea de carboxihemoglobina, y suele haber reducción del volumen plasmático. Las concentraciones se normalizan con el abandono del hábito de fumar.

Los pacientes con hipoxemia crónica (concentración arterial de oxígeno en la hemoglobina < 92%), debido sobre todo a enfermedad pulmonar, cortocircuitos intracardíacos derecha-izquierda, trasplante renal, exposición prolongada a gran altura o síndromes de hipoventilación, suelen presentar eritrocitosis. El tratamiento primario es aliviar la enfermedad de base, pero la oxigenoterapia puede ayudar, y la flebotomía puede reducir la viscosidad y aliviar los síntomas. Debido a que en algunos casos el hematocrito elevado es fisiológico, la flebotomía debe limitarse en la medida necesaria para aliviar los síntomas (a diferencia de la policitemia vera, cuyo objetivo es normalizar el hematocrito).

Se observa eritrocitosis asociada con tumores cuando tumores renales, quistes, hepatomas, hemangioblastomas cerebelosos o leiomiomas uterinos secretan eritropoyetina. La resección de la lesión es curativa.

Las hemoglobinopatías de alta afinidad por el oxígeno son muy raras. Los antecedentes familiares de eritrocitosis sugieren este diagnóstico, que se confirma midiendo la P50 (la presión parcial de oxígenoa la que la hemoglobina presenta saturación del 50%) y, si es posible, determinando la curva de disociación completa de la oxihemoglobina (véase figura Curva de disociación de la oxihemoglobinae). La electroforesis convencional de la hemoglobina puede ser normal y no permite descartar de manera fiable esta causa de eritrocitosis.

Evaluación de la eritrocitosis secundaria

Las pruebas realizadas en caso de eritrocitosis aislada son (véase figura Algoritmo para el diagnóstico de la eritrocitosis).

  • Saturación arterial de oxígeno

  • Concentraciones séricas de eritropoyetina

  • P50 para descartar una hemoglobinopatía con alta afinidad por el oxígeno

Una concentración sérica baja o normal de eritropoyetina es inespecífica para el diagnóstico. Si se sospecha policitemia vera, el paciente debe ser evaluado como para policitemia vera.

El nivel de eritropoyetina en suero es elevado en pacientes con eritrocitosis inducida por hipoxia (o el nivel es inapropiadamente normal para su elevado hematocrito) y en pacientes con eritrocitosis asociada con tumores. Los pacientes con concentraciones elevadas de eritropoyetina (y sin signos de hipoxia) o hematuria microscópica deben ser sometidos a estudios por la imagen de abdomen y sistema nervioso central para investigar una lesión renal u otras fuentes tumorales de eritropoyetina.

Algoritmo para el diagnóstico de la eritrocitosis

La P50 mide la afinidad de la hemoglobina por el oxígeno; un resultado normal descarta una hemoglobinopatía con alta afinidad por el oxígeno (una anomalía familiar) como causa de la eritrocitosis.

Tratamiento de la eritrocitosis secundaria

El tratamiento de la eritrocitosis secundaria se dirige al trastorno subyacente. Por ejemplo, la eritrocitosis secundaria causada por la privación de oxígeno puede tratarse con oxígeno. Se debe aconsejar a las personas que fuman dejar de fumar y se les debe ofrecer tratamientos para ayudarlos a dejar de fumar.

En algunas personas, la flebotomía se utiliza para reducir el número de glóbulos rojos, pero rara vez se necesita flebotomía en la eritrocitosis secundaria.

Esplenomegalia

 Autor/a: Elizabeth Adams, Sophia Görgens, Cassandra Mackey and Alex Koyfman Splenomegaly

Viñeta clínica

Una mujer de 20 años sin antecedentes médicos se presenta en el servicio de urgencias con "resultados anormales" en una tomografía computarizada. Se sentía bien hasta hace aproximadamente 2 semanas cuando comenzó a tener fatiga, malestar general, pérdida de apetito y molestias abdominales. Consultó a su médico de atención primaria, quien ordenó una tomografía computarizada ambulatoria de su abdomen y pelvis, y al obtener los resultados que mostraban esplenomegalia, la envió al servicio de urgencias para su evaluación. 

Signos Vitales:

  • FC 108 x´
  • TA: 118/78 mm Hg
  • FR: 20 x´
  • Temperatura: 38°
  • SpO2 100% en aire ambiente

En el examen físico, tiene un abdomen escafoides con una masa palpable en el lado izquierdo que se extiende 8 cm más allá de la caja torácica, compatible con esplenomegalia. Tiene apariencia de fatiga y taquicardia, pero el resto de su examen físico es normal.    

¿Cuál es el abordaje del paciente con esplenomegalia?

Diagnóstico: esplenomegalia de etiología poco clara.

Fisiología:

El bazo es responsable de la eliminación de los glóbulos rojos dañados y desempeña un papel importante en el sistema inmunitario al filtrar los patógenos de la sangre e iniciar reacciones inmunitarias al poner esos antígenos extraños en contacto con células especializadas del sistema inmunitario.

El bazo juega un papel importante en la hematopoyesis (producción de linajes de células sanguíneas) durante el desarrollo fetal, pero puede convertirse en un sitio de hematopoyesis extramedular en estados patológicos.

Fisiopatología:

Un bazo agrandado patológicamente, identificado en un examen o en imágenes, justifica una evaluación para determinar la etiología subyacente.

La definición de esplenomegalia varía, pero la mayoría está de acuerdo en que un bazo de más de 10-13 cm en cualquier dirección está agrandado, aunque los bazos ligeramente más grandes, de hasta 14 cm, pueden ser fisiológicos en personas altas. Un bazo que mide más de 20 cm se considera esplenomegalia masiva.

Las tres causas más comunes de esplenomegalia son:

  1. Enfermedad hepática (33 %)
  2. Malignidad hematológica (27 %)
  3. Infección (23 %)

 Historia clínica y examen:

Elementos históricos importantes a obtener:

Edad del paciente: por ejemplo, un niño que presenta esplenomegalia puede ser un nuevo diagnóstico de enfermedad de células falciformes, mientras que una persona mayor puede ser un nuevo diagnóstico de cáncer.

Duración de los síntomas

Presencia de síntomas que sugieran anemia o trombocitopenia, incluidos moretones/sangrado fáciles, dificultad para respirar, fatiga.

Presencia de síntomas que pueden sugerir malignidad o infección, incluyendo pérdida de peso, sudores nocturnos, linfadenopatía o fiebre

Historial médico anterior de enfermedad cardíaca, enfermedad hepática, enfermedad de células falciformes, enfermedad autoinmune o cáncer o trauma reciente.

 Técnica de examen físico para identificar esplenomegalia:

Haga que el paciente se acueste o en decúbito lateral derecho con los brazos a los lados, luego palpe lentamente el lado izquierdo comenzando en la caja torácica y moviéndose caudalmente hasta la pelvis para ubicar el borde inferior del bazo, que puede varían mucho con la respiración.

El uso de ultrasonido junto a la cama además del examen físico aumenta significativamente la sensibilidad para identificar la esplenomegalia.

La presencia de esplenomegalia puede pasarse por alto en el examen por múltiples razones:

  • El bazo está agrandado pero aún es demasiado pequeño para palparlo con éxito; algunos artículos sugieren que el bazo debe estar agrandado en al menos un 40 % para que sea palpable debajo de la caja torácica.
     
  • El bazo está significativamente agrandado y el borde inferior del bazo está en la pelvis.
     
  • La constitución corporal del paciente puede limitar el examen.

Diagnóstico diferencial:

El diagnóstico diferencial de la esplenomegalia es amplio y se puede dividir en 3 categorías principales:

1) Congestión debido al aumento de la presión vascular.

2) Aumento del tamaño debido a la hemólisis de la sangre.

3) Infiltración por otras células/material.

Diagnóstico diferencial para esplenomegalia relacionada con aumento de la presión vascular:

  • Cirrosis
  • Insuficiencia cardíaca congestiva
  • Trombosis de vena esplénica, vena porta o vena esplácnica
  • Crisis vaso-oclusiva secundaria a enfermedad de células falciformes que conduce a secuestro esplénico

Diagnóstico diferencial para esplenomegalia relacionada con hemólisis de sangre:

  • Anemia hemolítica autoinmune
  • Visto en pacientes con otros trastornos autoinmunes, como LES, artritis reumatoide, Sjogren, tiroiditis de Hashimoto, síndrome de Felty
  • Trombocitopenia inmune
  • Síndrome urémico hemolítico
  • Púrpura trombocitopénica trombótica

Diagnóstico diferencial para esplenomegalia relacionada con infiltración por células/material

  • Infiltración por células cancerosas: malignidad primaria (linfoma de la zona marginal esplénica), cánceres hematológicos (LLA, CLL, CML, policitemia vera) o metástasis (más comúnmente melanoma, cáncer de mama y pulmón).
     
  • Infiltración por células sanguíneas/linfáticas en respuesta a la infección: VEB, CMV, VIH, micobacterias, brucelosis, babesiosis, bartonella, histoplasmosis, leptospirosis, paludismo, leishmaniasis visceral.
     
  • Amiloidosis
  • Sarcoidosis
  • enfermedad de Gaucher
  • Otras condiciones
  • hemangioma esplénico
  • hemangiosarcoma esplénico
  • Lesión traumática que resulta en hematoma esplénico

 Evaluación de urgencias:

Dado el amplio diferencial para la esplenomegalia, la evaluación en el departamento de emergencia generalmente incluye obtener el estudio inicial y determinar si el paciente necesita ser admitido para estudio adicional o dado de alta con seguimiento ambulatorio.

Obtenga un perfil de laboratorio que incluya:

  • Hemograma completo con diferencial y frotis.
  • Pruebas de función hepática.
  • Pruebas serológicas para posibles infecciones.
  • Laboratorios de hemólisis que incluyen lactato deshidrogenasa (LDH), bilirrubina no conjugada (bilirrubina indirecta), haptoglobina y recuento de reticulocitos.

Ecografía


Plano de exploración intercostal.
 Tenga en cuenta que el transductor se ha girado para que quede paralelo al espacio de la costilla. Imagen de un bazo normal. Fuente: ULTRASOUNDPAEDIA https://ultrasoundpaedia.com/spleen-normal/

Gestión clínica:

Una persona con esplenomegalia que parece enferma debe ser admitida para un estudio acelerado de la etiología subyacente y consideración de ruptura esplénica.

Una persona con buen aspecto y esplenomegalia atraumática puede ser dada de alta razonablemente con atención primaria ambulatoria y seguimiento hematológico.

El manejo varía mucho según la etiología de la esplenomegalia. Por ejemplo, el ingreso y la reanimación por secuestro esplénico debido a una crisis vaso-oclusiva de células falciformes versus el alta con atención de apoyo y precauciones en el paciente con mononucleosis infecciosa con esplenomegalia leve.

Complicaciones:

La rotura esplénica es una complicación temida y potencialmente mortal de la esplenomegalia; por lo tanto, generalmente se recomienda evitar los deportes de contacto para reducir este riesgo.

La citopenia y la disfunción inmunitaria relacionada con el secuestro de células dentro del bazo pueden provocar hemorragias e infecciones.

Puntos principales a recordar:

  • El ultrasonido de cabecera en combinación con el examen físico es más sensible para identificar la esplenomegalia en comparación con el examen físico solo.
     
  • El diagnóstico diferencial de la esplenomegalia es amplio pero se puede simplificar en 3 grupos principales: 1) aumento de la presión vascular; 2) hemólisis de sangre; 3) infiltración por células/material.
     
  • El manejo de la esplenomegalia en el departamento de emergencias se centra en las pruebas iniciales para identificar las posibles causas subyacentes y la determinación apropiada de la necesidad de un estudio acelerado con hospitalización versus un estudio ambulatorio y la posible remisión a hematología.
     
  • La esplenomegalia no diagnosticada puede provocar un retraso en el diagnóstico de la afección subyacente o una posible ruptura esplénica, particularmente en aquellos que practican deportes de contacto.

Terapia con altas dosis de ciclofosfamida en anemia aplásica.

 

La anemia aplásica severa es un trastorno provocado por la falla de la médula ósea que puede proporcionar consecuencias fatales. A pesar de que una terapia con altas dosis de ciclofosfamida seguida de un trasplante alogénico de médula ósea puede curar la enfermedad, requiere de un donante compatible y presenta el riesgo de que el injerto sea rechazado por el huésped. Un pequeño estudio piloto desarrollado previamente, ha demostrado que la terapia con altas dosis de ciclofosfamida sin un trasplante de médula ósea puede alcanzar un resultado durable y una remisión completa libre de tratamiento.


Recientemente un grupo de investigadores ha llevado a cabo un estudio para confirmar la seguridad y la eficacia de la terapia con altas dosis de ciclofosfamida sola en pacientes con anemia aplásica severa. Los investigadores desarrollaron una prueba clínica no contralada sobre una muestra de 19 pacientes que no habían sido tratados previamente y padecían anemia aplástica severa. La intervención consistió en la administración de 50 mg/kg de peso corporal por día de ciclofosfamida durante 4 días consecutivos.

Durante el estudio, los investigadores midieron la probabilidad de respuesta y la supervivencia total. La remisión completa fue definida como un conteo sanguíneo normal para sexo y edad. La remisión parcial fue definida como independiente de la transfusión y un conteo absoluto de neutrófilos mayor de 0.5 × 109 células/L sin el apoyo del factor de crecimiento. Los pacientes que no respondieron al tratamiento fueron aquellos que permanecieron dependientes de las transfusiones o fallecieron. La recidiva fue definida como criterios que no pertenecían a una remisión parcial o completa.

De acuerdo a los resultados obtenidos, el tiempo medio para un conteo absoluto de neutrófilos de  0.5 × 109 células/L fue de 49 días. La probabilidad de supervivencia fue del 84% (95% CI, 59% a 95%) a los 24 meses. La probabilidad de alcanzar una remisión libre de tratamiento fue del 73% (CI, 51% a 91%) a los 24 meses y la probabilidad de alcanzar una remisión completa fue del 65% (CI, 39% a 89%) a los 50 meses. Los pacientes que no presentaron una respuesta al tratamiento habían padecido una recidiva o habían desarrollado trastornos clonales secundarios.

Sobre la base de estos hallazgos, los investigadores creen que la terapia con altas dosis de ciclofosfamida sin trasplante de médula ósea produce una remisión libre de tratamiento en pacientes que padecen una anemia aplástica severa. Esta nueva modalidad de tratamiento requiere de mayores estudios en pacientes con anemia aplástica severa que no son candidatos propicios para un trasplante alogénico de médula ósea.